Una parodia complementaria para todo lector crítico del blog del Señor de la Cigoña.

lunes, 12 de septiembre de 2011

12-09-2011 El cardenal Schönborn Una carta eclesial a los rebeldes


Simpática la Cigüeña. No es posible poner en la calle a trescientos sacerdotes. Sin pararnos a preguntar si esa misma alma compasiva la tendría para los seiscientos sacerdotes de la FSSPX o para los millares que andan descarriados en el Cuerpo de Cristo. Estamos de acuerdo; la disciplina eclesiástica no está para condenar, sino que incluye la condena para salvar al que condena. Las penas son medicinales, por mucho que esto no lo entiendan los que juegan a las facciones totalitarias dentro de la Iglesia. Sin embargo, las causas sí que son condenables, denunciables y prescindibles para que no produzcan más efectos similares en las conciencias.

Se abruma y queda a medias entre paternal y escéptico Don Francisco por la carta eclesial del cardenal Shcönborn, pero de nuevo olvida las causas. Tal como en el coco taranconiano, tan propio de la transición española, aquí se obceca con otro cardenal primado, sólo que de Austria. Obvia el cicornio que en Austria hay muchos obispos que son Cristo Señor en sus diócesis,  mientras que este "primus inter pares" no puede decir en aras de su paridad nones en nombre de todos, sino que cada obispo ha de llamar al orden a los sacerdotes implicados de su presbiterio o aprobar en concilio particular, sínodo o como quieran llamarlo una acción cara a estos sacerdotes. 

Obviamente la rebeldía de esos curas austriacos es nacional. Afecta a más de la décima parte del clero austriaco sólo en los firmantes y como es lógico suponer, habrá una mayoría que no firma y apoya a los firmantes, más la otra mayoría que los comprende aunque no los apoye, etc. El resultado es que es muy probable que, tal como ellos dicen, las dos terceras partes del clero austriaco estén en franca rebeldía manifiesta o no manifiesta. Y esto no ocurre sin la responsabilidad de sus obispos  y sin el apoyo o apatía de innumerables fieles que deberían ser más celosos de la casa de Dios.

¿Qué va a hacer entonces el cardenal de los globitos y los funerales masónicos? Poco, si no cuenta con las directrices de la Santa Sede en tema tan grave para exponerlas a Senatus Consultum (es uno de los nombres que acepto para esa cosa que llaman Conferencia Episcopal). Es ahí donde entra la figura del Primado. Será el cauce por el que transcurrirá el diálogo y ahí simplemente está haciendo su función en esa carta, que seguramente está ya avalada y mandada desde la curia Papal.  Que luego la cosa salga rana y el próximo Papa le llame al orden por no haber sabido resolverla, tal como Juan Pablo II amonestó a Tarancón, es parte de ese juego versallesco que se llama matar al mensajero. 

Matar al mensajero si las noticias son malas. Esa es la causa que no se quiere ver en este asunto. Años llevan en Austria choteándose de la doctrina y disciplina, obispos y cardenal incluídos, y ahora resulta que son los malos de la película. Honorio I, Papa de la Iglesia Católica que llegó a llamar "perros mudos" a los obispos de España por no haber sabido atajar el rebrote del Priscilianismo, fue condenado después de su muerte en Concilio Ecuménico y con condena sancionada por uno de sus sucesores. La más sana teología e investigación histórica reconoce que lo condenaron por negligente, no tanto por hereje. Hoy ya no ocurre ese grado de honestidad de la Iglesia para consigo misma, no conviene después del Vaticano I y el complejo nunca superado de la pérdida de los Estados Pontificios y el Papa prisionero en su propia casa, que daría lugar a un complejo de superioridad tras el Vaticano II. ¡Qué ironía de la providencia el posconcilio!. En la Santa Sede se mata al mensajero y aquí no ha pasado nada. ¿El Papa?. ¡Viva el Papa manque pierda! es lo que esconde el fanatismo que no sabe distinguir en el amor al Romano Pontífice la obligación de la caridad para con el prójimo y para con el Papa mismo, al cual hay que recordarle que tiene ataduras que no vienen de la caridad, sino de aquellos que desean su muerte.

El único consuelo es leer a la excelsa Doctora de la Iglesia, Santa Catalina de Siena. En sus Diálogos nos ilustra al respecto: 
...y así unos y otros usan de falsedad, y engañan al Papa, debiendo proceder pura y sinceramente. Pero si el Vicario de mi Hijo sabe los defectos de unos y de otros, los debe castigar, y quitar al uno su empleo, si no se enmienda y corrige su mala vida, y al que compre el Beneficio d Prelacia ponerlo en prisión hasta que se corrija de sus delitos, y para que los demás tomen exemplo y teman, y no se atreva ninguno á hacerlo. Si el Sumo Pontífice lo hiciere así, procede como debe; pero si no, no quedará sin castigo su pecado quando dé cuenta en mi presencia de sus ovejas.

(Santa Catalina de Siena, Diálogos, Trat.2 cap. XLI)

¿La leerá el Papa? ¿Se seguirá matando al mensajero?

M.D.

2 comentarios:

  1. A poco que uno se informe aparece la complicidad episcopal de años y la profundidad de la rebelión:

    "Y, sin embargo, no todo el episcopado tiene la misma opinión sobre estos temas, como había mostrado el año pasado una entrevista al prestigioso obispo de Eisenstadt, monseñor Paul Iby, en la que éste había puesto en cuestión el celibato obligatorio y subrayado la necesidad de replantear el sacerdocio femenino (Die Presse, 11/5/2010). Es cierto que el clero austríaco nunca ha ocultado su descontento y su disponibilidad a recorrer otros caminos para mantener viva la credibilidad de la Iglesia: el año pasado, una encuesta encargada al instituto de investigación Gfk Austria por el programa de televisión Orf 2 Kreuz und Quer, después publicado por el diario austriaco Die Presse, (28/6/2010), había puesto en evidencia que el 82% de la muestra de 500 sacerdotes preguntados fueron favorables a la ordenación de hombres casados y que casi dos tercios (62%) se mostraba favorable a la abolición del celibato obligatorio; el 40% opinaba entonces que el tener un hijo podría representar una experiencia positiva para un sacerdote."

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  2. Efectivamente, no se puede decir que después de años y anchura y altura en la rebeldía ahora la culpa y responsabilidad sea del Primado. Hay muchas complicidades encubiertas y descubiertas para que algo llegue a ese punto.

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