Una parodia complementaria para todo lector crítico del blog del Señor de la Cigoña.

martes, 6 de septiembre de 2011

05-09-11 No es raro que coincidamos. Hemos leído el mismo catecismo


Al final resulta que nos hemos enterado de que la cigüeña no caga sola. Le acompaña en sus ensuciadas clericales otro habitante de las alturas etéreas de Internet: Luis Fernando Perez Bustamante. Hay pues una pareja de cigüeñas, o una cigüeña y un cigüeñal que da vueltas. Eso explica algunas cosas.



Es obvio. Nada nuevo hay en este politiqueo eclesial donde las cuerdas se definen muy bien a base de separar los hilos eclesiales que no les gustan. En eso los eclesiásticos españoles -y por eclesiástico se ha de entender clero y laicos- son maestros. Como era de esperar, Luis Fernando ha respondido a la profesión de fe mútua de la anciana cigüeña. Lo suyo es hacer su propia Iglesia, que dicen que es la de Cristo, pero eso sí: expulsando a todo el que no es como ellos. Y cosa que no sólo hacen con los que se ponen objetivamente fuera de la Iglesia, sino con todos aquellos que simplemente estorban a su cuerda, grupo, facción, secta... En el fondo, también a todos aquellos que les señalan que esa apreciación subjetiva suya sobre el resto de la Iglesia necesita un conocimiento más amplio en teología y, lo que es más importante, en lo teologal como puede comprobarse fácilmente a poco que se lea a los sujetos en cuestión con un poco de conocimiento de la tradición eclesial católica, la patrística y la medieval. Ya puestos, también la del resto, porque quien no comprende y comprehende toda la historia de la Iglesia no hace sino crearse una secta en su imaginación que no tardará en llevar a la práctica en franca simplificación montanista (que puede ser de unta tendencia u otra), como es esta que asoma por Internet en forma de conspiración de blogueros erigidos como conciencia de los prelados con todo el poder que puede dar la era de la información a personas poco versadas en cuestiones esenciales para la fe, la esperanza y la caridad.

Un ejemplo de lo peligroso que es poner a estos inconscientes como nuevos pepitos grillos de las conciencia católica lo tomo de esta frase de Luis Fernando que muestra su gran desconocimiento de la tradición católica:

   Durante mucho tiempo, sin duda demasiado, las únicas voces críticas en la Iglesia con repercusión mediática venían del ámbito heterodoxo-progresista o, en el otro extremo, del lefebvrista

Alguien debería cantarle a este hombre que en el mundo teológico mediático hay muchas cosas, desde hace tiempo, que nada tienen que ver con progresismo o con lefebvrismo y sí con discusiones teológicas cerradas en falso en la historia de la Iglesia. También deberían informarle de muchas cosas cotidianas de la vida de la Iglesia dentro y fuera de España que obviamente desconoce en esa burda simplificación propia de la fofez (término que no se si deriva del payaso Fofó o de fofo, aunque seguramente de ambos) y que recuerda a cierta simplificación de eso que se llama en política tercera vía y que no es más que unos ignorantes novatos y/o aprovechados con la dichosa novedad de la equidistación de todo al servicio de lo mismo de siempre. Pero en fin, no quiero caer en lo mismo. 

Allá cada uno, pero que el catecismo que comparten no es el de la Iglesia católica, se lo he dejado claro. Uno porqué es un anciano cascarrabias y al que como anciano se le perdonan todos sus exabruptos; el otro porqué es un ignorante en teología -converso del protestantismo- que simplemente traduce en católico su alma protestante sectaria que no deja de ser eso mismo y que confunde sentimiento y psicologismo con experiencia de la gracia, como la cigüeña, como tantos... Al final su cacareada fidelidad al magisterio no es más que la otra cara de un pelagianismo olvidado por el padre Iraburu en su clasificación: el pelagianismo de tercera vía. Ya hablaremos de él otro día.




Una prueba:

No me resisto a dejarles la siguiente pregunta en el aire a modo de prueba teológica para estos dos y el que quiera probar: ¿No habría algún modo de recibir a los divorciados a la comunión? ¿Coinciden en el mismo catecismo con eso? Con el mío no, desde luego. Porque la gracia no es un tema de normas o leyes, señores semitotalmente-pelagianos que parece que no han leído a San Pablo, sino que es un tema de vida de gracia dentro de la economía sacramental, que es la que posibilita la vida moral en Cristo, porque fuera de El no hay otra. Y no la hay por muchos malabares que haga una declaración conciliar como la Gaudium et Spes, que como decía el teólogo Dt. Ratzinger -hoy S.S. Benedicto XVI por la gracia de Dios-, apena se libra de una terminología casi totalmente pelagiana en ese aspecto. Por eso la Iglesia desde el primer día ha repudiado a los que vivían en pecado público y se obstinaban en ello. Porque no tenían la gracia -dejo a sus inteligencias la inútil tarea de tratar de averiguar si es porque Dios se la retira o porque ellos la rechazan-. Sin embargo, a algunos como estos dos les parecerá que es algo asequible mediante el cumplimiento de diversas normas o leyes canónicas -y si no, fuera de la Iglesia-. En eso son, como dice un amigo: progres de distinta velocidad. Más tarde o más temprano acaban como ellos. Exigiendo la gracia como condición de naturaleza y cayendo a un lado u otro de la exigencia de la tendencia: jansenismo o quietismo, piedad severa de normas asfixiantes en un cumplimiento o relajación total dejándose llevar por el viento de la propia sensibilidad. Se ve, que no han leído ningún catecismo, o si lo leyeron nunca lo meditaron y lo llevaron a la oración en este tema.

M.D.

2 comentarios:

  1. Amigo mio, que le haya mandando a hacer puñetas el mismisimo Cigoña y que lo haya hecho de una forma tan humillante para usted, dedicandole todo un post es para mondarse de la risa.

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  2. Lamentablemente la situación de la Iglesia no es de risa. Aunque reconozco que los bufones mueven a ello, suelen ser las personas que dicen las verdades que a nadie les interesa oir. Sobre todo cuando se trata de criptoherejías ampliamente extendidas.

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