Una parodia complementaria para todo lector crítico del blog del Señor de la Cigoña.

sábado, 27 de agosto de 2011

26-08-11 Ya se habla de la pronta sustitución de Levada en Doctrina para la Fe


Ahora la cosa va de curia vaticana. Es esta otra faceta de la cigueña que tampoco lograré entender nunca: las ganas de cotillear dentro de las curias a ver que sale y que no sale. No es algo que cae sólo de esa torre y de ese nido, sino que es un hábito muy compartido por los clericalones de sacristía que parece que no pueden vivir sin especular sobre quien va a ser el próximo quien en el quien es quien cotidiano de la Iglesia. No en vano la información nos la toma de un sitio llamado Vatican Insider.

En el fondo, un defecto característico de quien contempla la vida eclesial como el que contempla la política mundana. Un juego de personalidades y carreras donde si son hábiles cantando la jugada incluso pueden obtener alguna tajada. Nada ha cambiado desde el Tu eris Imperator de Flavio Josefo. Atrás quedan Masadá y sus muertos y larga vida al César. Porque si hay una doctrina firme y aceptada del Evangelio por todos los liberalconservadores es esta de dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César.

¿Qué le importa a un católico para ser santo el que mañana esté Levada o Ladaria o cualquier otro en un cargo que depende del Papa? ¿Al final resultará que uno es o deja de ser católico por apoyar a uno u a otro? Gran cagada esta que se intuye caerá sobre el que con un gran desliz de su parte no atine en el candidato del que lleva la voz cantante. En cualquier caso, me recuerda a esa división de francófilos y germanófilos de las distintas tascas de señoritos de España durante la Gran Guerra. Al final mucho hablar, pero na de na. La Iglesia pendiente de reforma. Eso sí, la cigüeña, que sabe más por vieja, que por cigüeña, no se corta un pelo en afirmar que Ladaria le parece "bastante más consistente".



Para tranquilidad de los comentaristas, diremos que Ladaria es cargo electo del actual Papa y que en toda España son innumerables los que se han formado con su manual de antropología teológica (seminarios seguros incluídos). Tengan cuidado, porque aquí no se enfrentan al candidato de la voz cantante, sino al del Papa reinante y eso es un grado, aparte del grado teológico necesario para distinguir el modo y la verdad teológica de la cuestión sobre el poligenismo. 

El problema es la calificación teológica exacta que debe recibir el monogenismo y como consecuencia el poligenismo.

De momento y con las palabras de Pio XII unos mantienen que es verdad próxima a la fe y otros mantienen que es sentencia teológicamente cierta mientras otros dirán que es sentecia común en teología. Una sentencia perteneciente a la fe o teológicamente cierta («ad fidem pertinens vel theologice certa») es una doctrina sobre la cual no ha hecho todavía manifestaciones definitivas el magisterio eclesiástico, pero cuya verdad está garantizada por su conexión íntima con la doctrina revelada (conclusiones teológicas).

El magisterio contemporáneo nada ha dicho sobre esta división de los teólogos al respecto después de Pio XII, aunque Juan Pablo II ha repetido sus palabras. Podemos intuir que estamos ante una sentencia cierta teológicamente cierta, pero sí sería más que necesario una clara afirmación magisterial que resuelva la división entre teólogos y que nos diga donde está el error en teología o si por el contrario no hay error alguno.

Aunque algunos entienden que la afirmación de Pio XII es suficiente censura, otros estiman necesario una nueva intervención clarificadora del magisterio que solucione esta discusión. Si fuera sentencia común, sería libremente sometida a la discusión teológica. Esta libre opinión es de facto el momento actual, pues como vemos son inumerables las obras que exponen el asunto como si fuera opinable sin haber sido censuradas por el magisterio, siendo una de ellas la del secretario para la Congegación de la Doctrina de la Fe.

En cualquier caso podemos decir que nadie puede acusar de herejía a quien mantenga la opinión contraria, pues no hablamos de una verdad definida. Si fuera una verdad próxima a la fe sí podría calificarse de sentencia próxima a la herejía, pero tampoco está claro del todo que sea este el grado de certeza teológica del monogenismo. La calificación propia del poligenismo, suponiendo que el monogenismo es una sentencia teológicamente cierta, es error en teología o error en la fe eclesiástica (la fe común de la Iglesia, que incluye a las cosas pertinentes a la fe).

M.D.




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